sábado, 20 de febrero de 2016

Una rosa negra en un millón de rojas.





Es lo que quieres ¿no? la chica fría que rompe sus grietas y renace como el ocaso del sol. Puedo hacerlo, pero antes te volveré a advertir: No renaceré, permaneceré; marchita como las rosas negras que en un jardín nadie quiere ver, nadie recoge y sola vive su propio abismo. Así permaneceré, oscura, diferente; imperfecta. Puedes ponerme todos los colores que quieras, maquillar la verdad; imaginarme como sueñas que seré y a tus ojos seré, la rosa más roja y poética que si Romeo hubiera visto por la acera, habría regalado a Julieta. 

Pero así seré a tus ojos, la realidad será que detrás de pétalos rojos y llenos de vida se esconderá la rosa negra que siempre vivirá conmigo: mi forma de ser más natural, la oscuridad. Poesía tétrica y puede que un poco extraña. Detrás de todo, seguiré sintiéndome sola y si los demás piensan que no, de este color rojo y tan irreal sólo hay un culpable: tú. Me acostumbraré a esconderme porque nadie me querrá por como soy, a no decir no, a ser todos: menos yo. 




Gracias sociedad.

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